Esta normativa básica, aprobada hace ya 24 años, ha quedado obsoleta al no incluir los avances técnicos y científicos que se han producido en materia de conocimiento del medio marino, de modelos matemáticos de simulación de vertidos ni las particularidades que implican el vertido de efluentes distintos de las aguas residuales urbanas, como puedan ser las salmueras procedentes de Estaciones Desaladoras de Agua de Mar (E.D.A.M). Además, la ausencia de una regulación autonómica, no permite incorporar aspectos que sean representativos de las condiciones específicas del medio marino canario.

 

La finalidad última del proyecto es, por tanto, la regulación de los vertidos desde tierra al mar, que constituye un objetivo básico del Gobierno, acorde a los principios y fines de la normativa internacional, europea y estatal en materia de prevención, vigilancia y reducción de la contaminación marina, con el fin de evitar o aminorar los daños que de ésta puedan derivarse para las personas y los ecosistemas.

 

Como aspecto singular, se desarrollan las particularidades que implica el vertido de efluentes distintos de las aguas residuales urbanas, en especial, los efluentes de flotabilidad negativa, como puedan ser las salmueras procedentes de Estaciones Desaladoras de Agua de Mar (E.D.A.M).